Acompañar, no mandar: el verdadero sentido de la mentoría.
- Gemma Cuena

- hace 4 días
- 2 Min. de lectura

Hay algo que me encanta de mi trabajo: cuando alguien me dice:
“Gemma, ahora lo entiendo. Nadie me lo había explicado así.”
En ese momento sé que ha merecido la pena.
Mi papel como mentora y formadora es este:
Traducir el lenguaje técnico, legal y lleno de tecnicismos al idioma real de la gente. Ese que entiende lo importante. Precisamente porque no se trata de complicar, sino de aclarar.
Durante años he acompañado a autónomos, emprendedores y empresarios que necesitaban poner orden, tomar decisiones y, sobre todo, recuperar la tranquilidad. Y cuando esa claridad llega, pasa algo curioso: todo empieza a funcionar mejor.
Un sello que avala una forma de hacer las cosas
Recientemente he recibido el sello oficial de Mentora Acreditada por AMCES (Asociación Española de Mentoring), y más que un reconocimiento, para mí es una confirmación.
👉 Que el camino que he seguido —basado en la experiencia real, la empatía y el sentido común— es el correcto.
👉 Que se puede hablar de negocios con palabras que todo el mundo entienda.
👉 Y que el humor también puede ser una herramienta para mirar el trabajo con otra perspectiva.
AMCES reúne a mentores de toda España que trabajan acompañando a otros profesionales en su desarrollo personal y empresarial. Ser parte de esta red significa apostar por una forma de mentoría ética, profesional y humana, donde el objetivo no es imponer, sino guiar.
Mi manera de entender la mentoría
Si tuviera que definirla en una frase, diría:
“Acompañar con criterio y con corazón: ese es el verdadero valor de una mentora.”
Significa escuchar de verdad, hacer las preguntas que otros no se atreven, y ayudar a mirar el negocio con otros ojos.
Es recordar al autónomo agotado que el problema no es su talento, sino la falta de foco.
Es ayudar a la empresaria brillante que se dispersa en diez ideas a encontrar la que de verdad le va a funcionar.
Y sí, también es reírnos. Porque el humor desarma el miedo. Y cuando uno se ríe de lo que antes le angustiaba, empieza a avanzar.
Qué puede cambiar una buena mentoría
💡 Visión: ves tu negocio con una mirada externa, profesional y sin juicios.
💡 Criterio: aprendes a tomar decisiones basadas en datos y propósito, no en impulsos.
💡 Tranquilidad: porque saber hacia dónde vas te quita más peso que cualquier Excel.
Por eso, mis mentorías no son una clase ni una sesión de coaching: son un acompañamiento personalizado para que tomes decisiones con más cabeza y un camino organizado.
Y si aún no lo has hecho…
Mi libro “No te fíes del cuñado” nació precisamente de todo esto. De ver cómo las malas decisiones, los consejos mal entendidos y la falta de claridad pueden costar caro. Y de descubrir que, con humor y sin tecnicismos, las cosas se entienden mejor.
¿Te gustaría tener más claridad en tu negocio?
Si estás en ese punto en el que sabes que necesitas poner orden, pero no sabes por dónde empezar, te invito a conocer cómo trabajo:
Porque tener una mentora no significa que alguien te diga qué hacer, sino que te recuerde que puedes hacerlo mejor. 😉



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