Me doy de baja pero me pones que me despides, ¿vale?

Hay frases que activan todas las alarmas en una asesoría. Y una de las más frecuentes es esta:

“Me voy de la empresa, pero me pones que me despides. Así puedo cobrar el paro.”

Pasan dos segundos. Parpadeamos. Y luego empezamos a explicar (otra vez) que eso no funciona así.

El caso real (y muy habitual):

Un trabajador se marcha voluntariamente. Todo bien. Hasta ahí. Pero antes de irse, te suelta:

“Oye, pon que me has despedido. Así puedo pedir el paro. Tú no pierdes nada. Es solo un papel.”

Y ese es el error. Creer que es “solo un papel”.

En ese papel hay implicaciones legales, económicas y fiscales. No es solo un documento: es una declaración oficial que puede tener consecuencias para la empresa.

¿Qué implica falsear un despido?

Cuando aceptas este tipo de “apaño”:

• Reconoces un despido que no ha ocurrido.

• Asumes un posible coste de indemnización.

• Te expones a inspección, reclamación o fraude a la Seguridad Social.

• Contribuyes a un fraude en la prestación por desempleo.

  
  

Y, además, estás firmando algo que puede volverse contra ti. Porque si luego hay problemas, el trabajador puede reclamar más derechos… basándose en ese “papelito” que firmaste “por ayudar”.

“Lo hace todo el mundo” (versión cuñado).

El cuñado te dirá que esto se hace, que no pasa nada, que “nadie lo mira”, que es un favor y punto.

Pero claro, cuando llegan los problemas, el cuñado no está.Y el problema, como siempre… es tuyo.

¿Qué se debe hacer?

• Si alguien se va voluntariamente, debe firmar una baja voluntaria.

• Sin trampas, sin papeles falsos, sin “me haces el favor”.

• Si no sabes cómo proceder, consúltalo. Pero no lo hagas a ciegas.

• Como autónomo o empresa, no accedas nunca a un “apaño” que no entiendes del todo que no es un favor. Es un riesgo legal.

  
  

Conclusión con criterio:

No es solo un trámite. No es solo una firma. Es una responsabilidad que puede costarte caro. Y mientras tanto, el cuñado ya está aconsejando a otro… pero desde el bar.